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El trasplante de médula ósea, llamado técnicamente trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH) es un procedimiento muy complejo, consta de varias fases, precisa periodos de ingresos hospitalarios prolongados, que junto a las posibles complicaciones, disminuyen la capacidad física de la persona candidata.
La médula ósea es un tejido blando y esponjoso que se encuentra dentro de nuestros huesos. La médula ósea contiene células inmaduras llamadas células madre. Las células madre pueden desarrollarse hasta transformarse en glóbulos rojos que transportan el oxígeno; glóbulos blancos que combaten las infecciones; y plaquetas que ayudan a la coagulación de la sangre.
El trasplante de médula ósea reemplaza las células madre defectuosas de la médula ósea de una persona. Estos trasplantes se utilizan para tratar enfermedades como: Leucemias, mieloma múltiple, linfomas, algunas anemias graves de la sangre, etc.
Antes de recibir un trasplante de médula ósea, es necesario recibir quimioterapia y posiblemente radioterapia para destruir las células dañadas en la médula ósea. También se suprime el sistema inmunitario, las defensas del cuerpo, para que no ataque a las nuevas células madre después del trasplante.
En algunos casos, es la persona la que dona sus propias células madre con antelación (trasplante autólogo). Las células se guardan y se trasplantan más adelante. También se puede obtener células madre de un donante miembro de la familia o de una persona no emparentada (trasplante alogénico).
El trasplante de médula ósea tiene riesgos graves. Algunas complicaciones pueden ser potencialmente mortales. Sin embargo, para algunas personas es la mejor esperanza para una cura o una vida más larga.
En este contexto, el ejercicio terapéutico tiene un impacto positivo en la supervivencia, en la tolerancia al tratamiento y a sus efectos secundarios, redundando en una mejora de la calidad de vida de la persona trasplantada.
Las sociedades científicas y los grupos implicados en estos trasplantes reivindican la generalización de programas multidisciplinares de ejercicio terapéutico en todos los hospitales de España que realicen TPH.
Los estudios demuestran que mejorar la fuerza muscular y el estado cardiopulmonar antes de un TPH alogénico influye positivamente en el mantenimiento de la función física después del tratamiento.
Para ayudar al mantenimiento de la función física de las personas trasplantadas de médula ósea en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, la UGC de Medicina Física y Rehabilitación ha elaborado un programa de ejercicios que se pueden realizar en el domicilio, antes y después del trasplante, y mientras la persona trasplantada permanece ingresada en el hospital.
El programa de ejercicio terapéutico consta de una serie de ejercicios básicos que utilizan los principales grupos musculares que se usan para realizar las actividades diarias. Estos ejercicios también ayudan a prevenir las rigideces articulares y disminuyen los efectos negativos de estar en cama sin moverse.
El programa de ejercicios terapéuticos se facilitará en un tríptico y estará disponible para las personas que lo necesiten en un vídeo.
Recomendaciones para hacer los ejercicios:
• Use ropa cómoda que no le limite el movimiento. Puede ponerse un pijama, una bata de hospital o ropa deportiva.
• No aguante la respiración mientras haga los ejercicios. Cuente en voz alta las repeticiones al hacer los ejercicios para mantener la respiración a un ritmo uniforme.
• Deje de hacer cualquier ejercicio que le cause molestias o dolor. Coménteselo a un profesional sanitario. Los demás ejercicios pueden continuar haciéndose.
Vídeo
A continuación puede ver el vídeo del programa de ejercicio terapéutico para personas trasplantadas de médula ósea.